he ido a la iglesia antes de ir a carrefour. eran las cuatro de la tarde. estaba vacía. he robado un librillo de cantos de penitencia. le he pedido perdón a dios. me he sentado a rezar. de todos los bancos libres me he arrodillado en el que estaba medio roto y ha tambaleado al apoyar mi rodilla derecha. joder, dios, cómo te portas. igualmente me he quedado en ese banco. he pedido por mi hermana y por gonzalo. luego he estado un rato diciéndole que me libre del mal. así: líbrame del mal, líbrame del mal, líbrame del mal. y un par de cosas más que necesitaba pedirle o más bien contarle a alguien. luego he ido al carrefour. allí puedo llevarme más verdura por el precio de menos porque peso una manzana pero en la bolsa meto tres. lo mismo con los aguacates, los calabacines, las zanahorias. y si me pillan yo digo que vengo de la iglesia que hay justo enfrente y así saben que una mujer como yo no mentiría de tal modo. hoy tampoco me han pillado. de vuelta a casa he presenciado como una mujer mayor muy delgada y con unas ojeras muy marcadas le reñía a una niña que no era su hija para que no gritase por las noches porque ella se levantaba a las 5 am para ir a trabajar. me he metido en la cama. he visto un vídeo donde salimos muriéndonos de la risa. me he masturbado. eso ha sido antes del vídeo. he visto unas fotos que le hice a mi abuelo durmiendo en su cama. o la que era su cama. ayer en el bus estuve 40 minutos mirándole la cara a un señor que era idéntico a él. se me inundaron los ojos. quise decirle si me daría un abrazo. quise contártelo. sin embargo, no lo haría. al segundo de habértelo contado, habría recordado por qué no te solía contar este tipo de cosas. a dios entre muchas cosas le he pedido una que era más importante que el resto y era  que me obligue a estar tendida en una cama  contigo